Mis padres fueron agricultores en una época donde el mundo rural y el sector primario estaban desvalorizados.

Por eso, su consejo era que estudiara y trabajara fuera de mi pueblo, Orce. Un pequeño municipio de Granada. ¡Así lo hice!

Me formé en empresa y economía en la Universidad de Granada y trabajé durante largo tiempo en una entidad financiera. 

Cuando tuve mi propia familia, decidimos que para nosotros el mejor sitio para ver crecer a nuestras hijas era nuestra tierra.

Por un conjunto de casualidades, decidimos gestionar la finca familiar y apostar por conservarla a pesar de las dificultades que suponía.

Una vez que volví, miraba con otros ojos y pude apreciar el valor que tiene el mundo rural y el campo y los beneficios que aporta a la sociedad en su conjunto. 

Fui consciente de lo importante que es su cuidado y protección y la responsabilidad que tenemos de transmitírselo a las próximas generaciones en las mejores condiciones posibles.

Mis padres fueron agricultores en una época donde el mundo rural y el sector primario estaban desvalorizados.

Por eso, su consejo era que estudiara y trabajara fuera de mi pueblo, Orce. Un pequeño municipio de Granada. ¡Así lo hice!

Me formé en empresa y economía en la Universidad de Granada y trabajé durante largo tiempo en una entidad financiera. 

Cuando tuve mi propia familia, decidimos que para nosotros el mejor sitio para ver crecer a nuestras hijas era nuestra tierra.

Por un conjunto de casualidades, decidimos gestionar la finca familiar y apostar por conservarla a pesar de las dificultades que suponía.

Una vez que volví, miraba con otros ojos y pude apreciar el valor que tiene el mundo rural y el campo y los beneficios que aporta a la sociedad en su conjunto. 

Fui consciente de lo importante que es su cuidado y protección y la responsabilidad que tenemos de transmitírselo a las próximas generaciones en las mejores condiciones posibles.

Mis padres fueron agricultores en una época donde el mundo rural y el sector primario estaban desvalorizados.

Por eso, su consejo era que estudiara y trabajara fuera de mi pueblo, Orce. Un pequeño municipio de Granada. ¡Así lo hice!

Me formé en empresa y economía en la Universidad de Granada y trabajé durante largo tiempo en una entidad financiera. 

Cuando tuve mi propia familia, decidimos que para nosotros el mejor sitio para ver crecer a nuestras hijas era nuestra tierra.

Por un conjunto de casualidades, decidimos gestionar la finca familiar y apostar por conservarla a pesar de las dificultades que suponía.

Una vez que volví, miraba con otros ojos y pude apreciar el valor que tiene el mundo rural y el campo y los beneficios que aporta a la sociedad en su conjunto. 

Fui consciente de lo importante que es su cuidado y protección y la responsabilidad que tenemos de transmitírselo a las próximas generaciones en las mejores condiciones posibles.

Mis padres fueron agricultores en una época donde el mundo rural y el sector primario estaban desvalorizados.

Por eso, su consejo era que estudiara y trabajara fuera de mi pueblo, Orce. Un pequeño municipio de Granada. ¡Así lo hice!

Me formé en empresa y economía en la Universidad de Granada y trabajé durante largo tiempo en una entidad financiera. 

Cuando tuve mi propia familia, decidimos que para nosotros el mejor sitio para ver crecer a nuestras hijas era nuestra tierra.

Por un conjunto de casualidades, decidimos gestionar la finca familiar y apostar por conservarla a pesar de las dificultades que suponía.

Una vez que volví, miraba con otros ojos y pude apreciar el valor que tiene el mundo rural y el campo y los beneficios que aporta a la sociedad en su conjunto. 

Fui consciente de lo importante que es su cuidado y protección y la responsabilidad que tenemos de transmitírselo a las próximas generaciones en las mejores condiciones posibles.